Rozalén en Albacete: la casa, el viaje y la verdad

Poco más de 200 metros separan la Caseta de los Jardinillos y la Plaza de Toros de Albacete. Dos lugares son solera en la ciudad. Cerca de 20 años separan también dos momentos especiales. El primero, principios de los 2000, un festival muy conocido en la ciudad llamado Operación Bocata y realizado de forma benéfica por Manos Unidas. El segundo, el pasado 27 de agosto. En ambos, una misma protagonista: María Rozalén.

Los últimos días de agosto tienen un aroma especial en la ciudad. “Ya huele a Feria”, se suele decir. Los alrededores del Recinto Ferial se llenan de feriantes. Y los espacios culturales se llenan de cultura. Se celebran los llamados “festivales” o “Festival”, a secas, según el caso. Una suerte de pre-Feria que anticipa lo que viene. Por ellos han pasado artistas increíbles. Especiales. Rozalén ya forma parte de esa lista. Su historia ya es altamente conocida a estas alturas. Albaceteña, estudiante de psicología y una de las artistas musicales más activas, conocidas y reconocidas durante los últimos años. Sobra presentación, Rozalén se ha desnudado personal y musicalmente en innumerables ocasiones. Es, si me lo permiten, una más en muchas familias.

“Estamos en casa”. El grito de Rozalén a los pocos segundos de iniciar su viaje con el tema “Este tren” puso los pelos de punta a más de uno. Especialmente a aquellos que ya no viven (ya no vivimos) en Albacete por diferentes motivos. Pero que siempre vuelven. Y más si es en Feria o en la cercanía a a ella. Algo de viaje hubo en aquella noche veraniega. Porque Rozalén, y toda su banda te transportan por un tren, valga la redundancia, lleno de emociones. Hay tiempo para llorar (“Aves enjauladas”), para recordar la memoria (“Justo”), para reivindicar (“La Línea”, “Loba”), para homenajear a los grandes (“La Maza”), para alegrarse (“Vivir”) o para bailar, aunque sea sentados y con mascarilla. Hubo tiempo, también, para que Rozalén le regalara a su tierra algo especial. Un a capella de la canción popular de Federico García Lorca “Anda Jaleo”. O la traca final con los himnos “La puerta violeta”, “Girasoles” y el festivo “El paso del tiempo”.

El “orgullico” albaceteño salió por los poros varias veces. No tardó mucho. Rozalén dijo que llevaba pensando toda la semana qué decir ante su primera vez, seguro que no la última y con aún más gente, en la Plaza de Toros. Allí, donde muchos, ella también, hemos visto a nuestros grupos preferidos: Sabina, Fito, Extremoduro, Vetusta Morla… “En el Viña Rock y en la Plaza de Toros han sido mis conciertos gordos. Estoy súper ilusionada, cagada, quiero estar a la altura de la gente que he visto ahí. Me pongo más emotiva, más nerviosa que en ningún otro lado, porque es mi casa y donde me he criado”, nos comentaba semanas antes del día señalado.

“Es normal que me emocione. Las cosas están complicadas y esto es un gesto de amor y cariño absoluto, no sabéis lo que os lo agradezco. Porque al final lo que no busca en la vida es que la quieran, que te quieran. No sé si soportaría que no me quisieran en casa. Gracias por hacer sentirme así”. Con lágrimas en los ojos y la voz temblorosa se dirigió Rozalén al público en un emotivo momento que debería entrar en la historia de la cultura albaceteña. Aplauso atronador mediante, el viaje nos llevó a un par de chascarrillos, para relajarse. Y de nuevo el “orgullico”. Mencionando a Tete Moragón, el baterista, también albaceteño. O a Bea Romero, la inseparable intérprete y amiga, albaceteña de adopción. O al técnico Luis Peramato y la empresa albaceteña Arenas Audio, que la está acompañando durante toda la gira. Y generando trabajo, porque no se olviden de que la cultura, la música, es el trabajo de miles de personas también detrás de los escenarios. Completan el equipo sobre las tablas sus compañeros de viaje: Ismael Guijarro, Samuel Vidal, Goyo García, Oliver Martín y Álvaro Gandul.

En un año complicado, Rozalén está presentando su nuevo espectáculo y disco, «El árbol y el bosque», por toda la geografía española. Y es que no hay rincón que se lo quiera perder. Rozalén es pura verdad. Y eso, en cualquier artista, en tiempos de elementos prefabricados, diseñados al milímetro, es ya decir mucho. Canta lo que siente. Como lo siente. Dice lo que piensa. Es libre. Y ha conectado con diferentes tipos de público y generaciones. Desde aquel Operación Bocata su camino ha sido largo. Seguro que por momentos, difícil. A veces dice que no se cree lo que le está pasando. Pero sí, es de verdad. Y allí estuvimos, en su casa. En lo que solo ha sido una parada más de su viaje. Y del nuestro con ella.


Los Chikos del Maíz, Eskorbuto o Silvio Rodríguez : la trayectoria política de Pablo Iglesias explicada con canciones

(foto Dani Gago)

Yo no sé lo que es el destino, caminando fui lo que fui”. Con los versos de la canción El necio, del cantautor cubano Silvio Rodríguez, Pablo Iglesias puso punto y final a su camino político. Mejor dicho, a su camino en política institucional. Porque Iglesias ya venía haciendo política antes de convertirse en secretario general de Podemos. Y como ya ha dejado caer, seguirá haciéndolo desde otros espacios.

Sobre Pablo Iglesias se han escrito y se están escribiendo centenares de artículos, opiniones, análisis…Su relevancia histórica en la política de este país está fuera de toda duda. Durante los últimos 7 años ha sido protagonista total y absoluto de una etapa que se ha cerrado esta semana. Iglesias no despierta indiferencia. Se le ha querido y se la ha odiado. Se le ha encumbrado como líder y se la vapuleado mediáticamente. De necios, como la canción, sería restarle mérito a su irrupción desde 2014. 7 años frenéticos que han provocado un terremoto político sin precedentes en democracia. A saber, el origen de nada más y nada menos que el fin del bipartidismo o la cristalización del primer Gobierno de coalición de la historia de este país. No es poco, pese a quien quiera vender su trayectoria como un fracaso sin más matices.

Y es que claro, depende del prisma con el que se miren los acontecimientos. Cierto es que la relevancia parlamentaria, a todos los niveles, de Podemos es hoy muchísimo menor que la que tuvo en sus inicios. Cierto es que el partido se ha ido desgajando progresivamente y que las peleas internas y tramas palaciegas han ido marcando el día a día de la formación morada desde hace unos años. Y cierto es que la despedida se produce de una manera cuanto menos accidentada, dejando la vicepresidencia para presentarse como candidato en Madrid y, pese a mejorar levemente sus resultados, no lograr su objetivo de que el bloque de izquierdas derrotara a Ayuso.

Echando la vista atrás, los hitos de Podemos comienzan verdaderamente en las elecciones europeas de mayo de 2014. El partido había surgido ya meses antes. Iglesias previamente ya había “traspasado las líneas enemigas” saltando como tertuliano a diferentes espacios televisivos. Lo que vino después es historia política. Como ya hay abundante bibliografía, mejor y peor, sobre el recorrido de Podemos, me permito resumir la trayectoria política de Podemos usando un puñado de canciones.

2014: Asaltar los cielos y el miedo va a cambiar de bando

“Hay que dejar alguna señal para los historiadores”, le dijo Iglesias a Errejón en los camerinos del Palacio de Vistalegre. Era octubre de 2014 y se celebraba el Congreso fundacional del partido. La expectación era máxima. Titulares, muchos. Como aquello de “tres secretarios generales no le ganan las elecciones a Rajoy o Sánchez, uno sí”. Eran los tiempos en los que Echenique y Teresa Rodríguez representaban la corriente crítica. Iglesias, junto a Errejón, consumaron su indiscutible liderazgo. Y aquello que se llamó “maquinaria de guerra electoral”.

Karl Marx estuvo presente en Vistalegre. «El cielo no se toma por consenso, se toma por asalto» fue quizás una de las frases más recordadas. Un mes después saldría a la venta el disco “La estanquera de Saigón”, del grupo valenciano de rap Los Chikos del Maíz. Una banda que también ha ido retratando un momento político y con la que Iglesias guarda una relación especial. “Por nuestros abuelos, no vine a ser marginal, yo vine a asaltar los cielos. Sin miedo, sin nada que perder, no nacimos para resistir, nacimos para vencer”, decía el estribillo de Los invisibles.

Así explicaba Nega, integrante del grupo, unos meses después esa “coincidencia”. Él nos la copió y pasa con muchas. Había escuchado los temas antes de que se publicara el disco. Es una declaración de intenciones políticas importante. No estamos aquí para resistir, con el discurso de que si sacamos cinco concejales nos va bien. Estamos en un momento de emergencia social en el que no podemos salir a empatar o perder. Hay que salir a ganar, y si no quédate en tu casa. Yo apuesto por la gente que salga a ganar, la que dice que hay que gobernar. La frase enlaza también con la de “no nacimos para resistir, nacimos para vencer”, que se la copiamos tanto Pablo como yo a Otegi, aunque tenga muy mala prensa decirlo. Es una frase que representa muy bien los tiempos en que vivimos y lo que debe significar la izquierda hoy día”.

Otra frase que resonó mucho aquel otoño de 2014 fue aquello de “el miedo va a cambiar de bando”. Algo que se convirtió también en un lema activista en las calles. “No tenemos miedo. El miedo lo empiezan a tener otros como JP Morgan. No es ya que el miedo esté empezando a cambiar de bando, es que la sonrisa está empezando a cambiar de bando. Cuando os insulten, cuando mientan, cuando difamen, sonreíd porque vamos a ganar”, dijo en noviembre sobre el escenario del Teatro Nuevo Apolo en un acto que sirvió para formalizar los nombres que conformarían la primera dirección del partido.

De nuevo, entran en escena los raperos valencianos. En este caso, junto a Habeas Corpus en el proyecto Riot Propaganda. A principios de 2013 habían lanzado su primer disco. Incluía este tema, El miedo va a cambiar de bando.

2015: Del “cambia, todo cambia” al debate interminable sobre la confluencia

Algo estaba removiéndose y cambiando en la política estatal. El centro de Madrid estaba colapsado. Desde un poco más arriba de la Cibeles ya costaba caminar. Un 31 de enero del año 2015, parece la prehistoria política, se celebró la denominada Marcha del Cambio. Una impresionante demostración de fuerza. Desde el escenario, el grupo Rojo Cancionero, junto a Lua, interpretaban el conocido clásico popularizado por Mercedes Sosa. “Cambia, todo cambia”. Miles repetían. “Cambia, todo cambia”.

Desde luego, en lo electoral, algo cambió. Podemos apostó por “candidaturas de unidad popular” en las elecciones municipales. Y lo que pasó en primavera fue histórico. Primarias, negociaciones, programas, listas, sistemas de primarias, Dowdall, que si coalición, que si partido instrumental, que si agrupación de electores, que si los fichajes en las listas. Y más primarias. Desde luego, aprendimos bastantes cosas…Y Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid. Y Xulio Ferreiro, Kichi, Pedro Santisteve, Ada Colau, Martiño Noriega…Fueron los (fugaces) tiempos de aquello de que “el pueblo unido jamás será vencido”. Podemos, esta vez en “solitario” pero con muchos fichajes externos, irrumpió también con fuerza en muchos parlamentos autonómicos.

Pero el 2015 postelectoral nos entretuvo con el interminable debate sobre la confluencia. Surgió el proyecto Ahora en Común, en el que participaba IU. La relación IU-Podemos es clave en toda la historia de Pablo Iglesias. No hay que olvidar que él venía de ahí. Y que Podemos se presentó en sociedad proponiendo al entonces partido liderado por Cayo Lara unas primarias abiertas para las elecciones europeas de 2014. Tampoco hubo entendimiento para el proceso electoral de diciembre de 2015. Pero estaban las confluencias periféricas (En Marea, En Comú) como punta de lanza (y de líos internos, por qué no decirlo).

Fueron tiempos de acusaciones entre corrientes, entre partidos. En los medios, en redes sociales, en mítines. Algo de lo que la izquierda sabe mucho. Que si yo tengo razón, que si tú no…Reproches cruzados que se pueden simbolizar con un tema de Kiko Veneno que luego versionó Muchachito Bombo Inferno. “Si tú no me hubieras tirado la nevera, yo jamás te hubiera tirado el molinillo de café. Si tú no me hubieras tirado el sofá, yo jamás te hubiera tirado el mueble cama. Así estamos los dos en el hospital escayolados, en vez de estar haciendo el amor, tras la cortina de un cine de verano”.

2016-2017: las grietas

El año anterior había acabado con un éxito electoral sin precedentes en las primeras elecciones generales del partido morado (y sus confluencias periféricas). Pero nos vimos abocados a una repetición electoral, los números para formar Gobierno no daban. El PSOE se cerró a un pacto con los de Iglesias y estos a favorecer un pacto Sánchez-Rivera.

2016 comenzó a vislumbrar algunas grietas en el partido morado. Pasaron cosas un poco raras que luego estallarían más adelante con la destitución de Sergio Pascual como secretario de organización. Para muchos, el principio del fin en la relación entre el “errejonismo” y Pablo Iglesias. Paralelamente, parece que las cosas entre IU y Podemos iban mejor. Llegó el famoso “pacto de los botellines” en la primavera de mayo. No obstante, el resultado de aquel 26-J tampoco fue todo lo exitoso que parecía en un momento. El foco se puso ahora en la relación de Unidas Podemos con el PSOE.

Madrid, siempre Madrid, anticipaba ya una quiebra gorda en el partido morado. La historia, ya la saben. Vistalegre 2 supuso el enfrentamiento político entre las propuestas políticas de Errejón e Iglesias. No fueron momentos sencillos en la vida interna de la izquierda. Los acontecimientos, cruces de reproches, mensajes cruzados se sucedían. No cesaron ni en Nochebuena. Se usaron palabras muy gruesas aquellos días.Iglesias salió victorioso de la segunda asamblea ciudadana de Podemos, ya en febrero de 2017. Y nos dejó la que creo que fue la última vez que se abrazaron, al menos en público pero intuyo que también en privado, Iglesias y Errejón.

Tres canciones se me vienen a la mente al recordar esta sucesión de hechos. Por un lado, los míticos Eskorbuto. Eran tiempos en los que se empezaba a barruntar que Podemos había perdido el rumbo original. Se hablaba, para criticar a Iglesias, que se había olvidado de los orígenes y que mucha gente había sido apartada de su lado. Los relatos, claro, difieren según quienes sean los protagonistas. El caso es que aquello de “cuidado, os avisamos, somos los mismos que cuando empezamos”, que cantaba la banda punk, cobró fuerza.

Y es que los equilibrios empezaban ya a ser imposibles. Como lo personal es político, también se dieron rupturas importantes en ese plano. Como cantaba Iván Ferreiro hace unos años en una ambigua canción y de múltiples interpretaciones. “Y yo siento que no voy. Que el equilibrio es imposible cuando vienes. Y me hablas de nosotros dos”:

Y claro, Madrid. Siempre Madrid como punta de lanza de todo. Del éxito sin precedentes de una candidatura como Ahora Madrid al origen y epicentro de la ruptura que luego sería definitiva. Y escenario de la despedida de Iglesias que ahora nos ocupa. Pongamos que hablo de Madrid.

2018-2019: moción de censura y Gobierno de coalición

2018 fue el año de (otro) momento histórico. Ocurrió a finales de mayo. Previamente el aparato del PSOE había perdido las primarias. “Con Rivera no”, gritaban los militantes socialistas a las puertas de Ferraz al encumbrar a Pedro Sánchez. “Cabrones, estas primarias las habéis ganado vosotros”. Es el mensaje que le mandó un dirigente del PSOE a Iglesias, tal y como él mismo contó en un mítin hace unos días. “Los números dan”, se hartó a decir Iglesias durante meses. Él también intentó una moción de censura contra Rajoy. El PSOE, que tanto se había negado a pactar casi cualquier cosa con Podemos, cedió. La moción salió adelante. Adiós Rajoy. Podría parecer mejor o peor la jugada, pero ganó Iglesias. Rosendo Mercado le dedicó a su barrio una canción llamada El Ganador, que viene al pelo. “Quítese la venda cuando tenga la ocasión, súbase la cuesta y si lo aguanta de un tirón, dé la vuelta al ruedo recogiendo la ovación”

Hasta esos momentos, Vox era una fuerza extraparlamentaria pero que comenzaba a tener cierta visibilidad y presencia. Su ascenso se confirmó en diciembre de ese mismo año en las elecciones andaluzas. Iglesias, tras los buenos resultados de la formación ultraderechista formuló una frase habitual en el movimiento antifascista: “Alerta antifascista”, dijo. Esas dos palabras, además, dan título a una conocido canción del grupo de hardcore Sin Dios.

2019 iba a ser un año intenso. Comenzaba con la consumación definitiva de algo que cualquiera que conociera el partido por dentro sabía que era inevitable. La ruptura total con Errejón. Surge, con el llamado “pacto de las empanadillas” entre el que iba a ser candidato autonómico de Podemos y la por entonces alcaldesa, Manuela Carmena. Madrid, siempre Madrid.

Fue año electoral también. Y de los grandes. Generales en abril. Autonómicas y municipales en mayo. Y repetición de las generales en noviembre. Iglesias seguía empeñado en que los números daban. No se bajaba de la idea de formar Gobierno de coalición. Se le criticó mucho aquello de que se pidiera los cargos primero. Pero luego dijo que si él era un obstáculo, no formaría parte de ese anhelado Gobierno. El resto, ya saben. Horas después de las segundas elecciones, las de noviembre, se firmaba un preacuerdo para el primer Gobierno de coalición de la historia de la democracia. Iglesias, vicepresidente.

Y claro, esa asociación, en principio imposible, tuvo que forzarse. No había mucha más alternativa. O como cantaba Evaristo, Socios a la fuerza.

2020: de pandemia y acoso

El histórico Gobierno no tuvo prácticamente tiempo de ponerse en marcha con normalidad. Llegó la pandemia. Iglesias llegaba a la vicepresidencia ya con una experiencia acumulada de casos judiciales abiertos (en 2017 hice un artículo contando que ya había por aquel entonces 14 querellas archivadas, luego perdí la cuenta) de campañas dirigidas, de insultos, de bulos…La situación se fue agravando con el paso del tiempo. Toda España pudo ver en directo durante días y días manifestaciones a las puertas de su casa. Intentaron tomar imágenes de dentro. Un tipejo que dice ser periodista está, por otra parte, pendiente de juicio por supuestamente acosar a sus hijos pequeños en busca de no se sabe muy bien qué. Otro tipejo que se dice periodista fue de forma chulesca al colegio electoral donde votaba Irene Montero para preguntarle dónde estaba su hija. Cualquier persona con un mínimo de honestidad debería reconocer que la campaña del odio y del acoso contra él ha sido evidente. Mediáticamente y socialmente. Y lamentablemente creo que han conseguido su objetivo. La figura de Pablo Iglesias despierta un odio difícilmente comparable a otros políticos. Su discurso de despedida fue en esa línea. Ya no suma. Se ha convertido en el “enemigo público número 1”, como cantaban los Cicatriz.

Y luego están los medios. Lo de “señalar” a periodistas. Se puede estar más o menos de acuerdo con la estrategia comunicativa que tiene Podemos. Sobre todo, si les es realmente útil para sus intereses hacer o decir ciertas cosas. Pero 7 años después, los llantos desconsolados por la libertad de prensa son sobreactuados e intencionados. Parece que por una ley de corporativismo no escrita los periodistas son (somos) intocables. Algunos no estamos en esas, y la mala praxis hay que denunciarla desde los propios compañeros de profesión. Porque nos están dañando a los demás. Los medios han sido un tema recurrente y troncal en la carrera política de Iglesias. Desde el principio hasta el final. Y claro, uno se vuelve a acordar de Evaristo. “Esta prensa, ¿quién la paga? Manipula la realidad, retocando, recortando, deformando la verdad”.



2021: el, ¿inesperado? adiós

Lo que llevamos de año lo tienen más fresco. Mientras se seguía lidiando con la pandemia, Iglesias sorprendió en marzo anunciando que abandonaba la Vicepresidencia para ser candidato en Madrid. El resto, lo conocen. La campaña fue intensa y comenzaba con una intensificación del antifascismo. En las palabras y en las calles. Para recuerdo simbólico, la imagen en Coslada mirando a la cara directamente a un grupo de neonazis que lo esperaba. Ese día tuiteó un clásico de Reincidentes con un mensaje claro: Nazis nunca más.

La culpa de todo, para mucha gente, la seguía teniendo Pablo Iglesias. Se ha confundido hasta la saciedad su responsabilidad y competencias con las residencias de mayores. Él, pese al desgaste, se lo ha tomado a broma en algunas ocasiones. Tirando de ese humor, los Def Con Dos le dedicaron esta canción.

Dicen los que más han estado cerca de él en los últimos tiempos que estaba cansado, que el desgaste personal era mucho. Y es que ante la deshumanización que la extrema derecha ha hecho de su persona, conviene recordar que ante todo es eso, una persona. Que ha formado parte de la historia. De nuestra historia. En solo 7 años. Tan joven y tan viejo, que cantaba Sabina.


Nombres propios en la traición al pueblo saharaui

Nota: artículo publicado originalmente en la extinta Latitud194.com el 14/11/2013

Durante varios días de noviembre en 1975 se cristalizó uno de los episodios políticos que más vergüenza debería darnos como ciudadanos con nacionalidad española. El 14 de noviembre de ese año se firmaron en el Palacio de la Zarzuela los llamados Acuerdos Tripartitos de Madrid, una declaración de principios en la que se incluye la retirada española del territorio del Sahara Occidental en menos de un año y la puesta en marcha de una administración temporal llevada a cabo por Marruecos y Mauritania. Además, se incluyeron aspectos económicos en unas actas diferentes, reconociéndose derechos de pesca en las aguas del Sahara a 800 barcos españoles, así como otros derechos en aguas marroquíes. Del mismo modo, España le vendió a Marruecos el 65% de la empresa explotadora de fosfatos, Fos Bucrá, por 5.850 millones de las antiguas pesetas. Este texto supuso “formalmente” la cesión unilateral del territorio, haciendo caso omiso a las directrices de la ONU.

Aún hoy colean, tristemente, las consecuencias de este acuerdo, con la mitad de la población saharaui en unos campamentos de refugiados argelinos y la otra en un territorio ilegalmente ocupado. Unos acuerdos que son ilegales desde el punto de vista del Derecho Internacional. Entre la literatura escrita sobre este acuerdo, destaca sobremanera (y en general sobre todo el origen del conflicto), el libro “La Historia Prohibida del Sahara Español”, escrito por el periodista Tomás Bárbulo. Basándonos principalmente en datos de este libro (cuando no sea así, será citado específicamente), abordamos la cuestión desde el punto de vista nominativo, es decir, desde la perspectiva y actuación de diferentes personajes considerados clave en aquel proceso.

Continuar leyendo


Dos palabras: Roberto Iniesta

robe-destrozares-canciones-para-el-final-de-los-tiempos-2

1990. El programa Plastic, de TVE, emitía la actuación musical de una banda liderada por un tipo envuelto en una túnica blanca adornada con una bellota. Con una corona metálica en la cabeza y acompañado por un guitarrista que lucía tricornio en la suya, el cantante recitaba: “Nací un buen día, mi madre no era virgen, no vino el rey, tampoco me importó, hago milagros, convierto el agua en vino, me resucito si me hago un canutito”. El estribillo era claro: “¿Cuánto más necesito para ser Dios?”.

Esas imágenes serían impensables en la TVE de hoy sin que se montara un escándalo mayúsculo. El grupo se llamaba Extremoduro y su líder, Roberto, “Robe”, Iniesta. Venían, como su nombre indica, de Extremadura, concretamente de Plasencia. Aquella fue de las pocas ayudas mediáticas relevantes de un grupo que había financiado su maqueta el año anterior con un método que algunos estudiosos consideran el primer crowdfunding. Es decir, pedir pasta a sus colegas pero sin internet mediante.

Continuar leyendo


La Raíz: esperanza en el siglo XXI

IMG_20171028_234058_212

“En los festivales del rock estatal siempre tocan los mismos”. “Los grupos nuevos no tienen tirón”. “A esos grupos los he visto 50 veces”. Es probable que hayan escuchado esos comentarios, casi siempre en tono negativo, alguna vez al hablar de la música que se hace en el Estado español. No es objeto de este texto debatir sobre ello. Ese tema, para otro día. Sí lo es presentar como se merece a una banda afincada en Gandía (Valencia): La Raíz. Un grupo del siglo XXI y que en muchos sentidos representa la esperanza en el presente. Y ojalá, en el futuro.

Sábado 28 de Octubre, Madrid, Vistalegre. Entradas agotadas desde hace meses. Las de pista, hace casi un año. 10.000 personas se disponían a disfrutar de un grupo que no sale por televisión ni en las radiofórmulas comerciales. La Raíz se ha construido desde abajo, poco a poco. No es un tópico. Desde la publicación en 2011 de su primer gran éxito en los circuitos rockeros, “El lado de los rebeldes”, el grupo no ha dejado de cosechar éxitos. Antes ya habían publicado otros dos trabajos, “El aire muerto” y “Guerra al silencio”, que pasaron más desapercibidos. En 6 años, La Raíz se ha pateado decenas de festivales de todo tipo, salas más o menos grandes y han acumulado millones de visitas en sus vídeos de Youtube.

Continuar leyendo


¿No hay que mezclar política y deporte?

“No hay que mezclar política con deporte”. Es una frase habitual y recurrente. En mi opinión, desacertada. ¿Por qué? Porque todo es política. Y más en un deporte plenamente mercantilizado y mediatizado como ocurre en estos tiempos. El problema viene cuando esa frase se pronuncia únicamente en contextos que le interesan a la persona que lo pronuncia. Normalmente suelen ser periodistas, deportistas o políticos. Ejemplos, hay miles. Pero, qué extrañamente, casualidad o no, suelen ir siempre en la misma dirección.

Hace 5 años, cuando todavía no había estallado definitivamente el ansia de un referéndum en Cataluña, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo la famosa frase antes de una final de Copa del Rey entre Barcelona y Athletic más recordada por la pitada al himno que por otra cosa. Más recientes son las críticas al Barcelona por su marcado carácter oficial independentista. En este caso fue, entre otros, Fernando Martínez Maíllo, coordinador general del PP. Allí estaba: “No se puede mezclar política con deporte”.

Hacer frases grandilocuentes y vacías tiene el problema en que se te pueden volver en contra. Igual me equivoco, pero no he escuchado a esos mismos políticos reprocharle a Rafael Nadal que diera su opinión sobre el referéndum catalán. El tenista está en contra. ¿Aquí no sale nadie a decir que no hay que mezclar política con deporte? Tampoco he escuchado críticas de los defensores de la “pureza deportiva” al jugador del Almería Morcillo, que dedicó su gol a la labor de la Policía y la Guardia Civil el pasado fin de semana. Tampoco he oído a Martínez Maíllo criticar al jugador Roberto Soldado, entre otros ejemplos.

El periodista Quique Peinado, autor entre otras cuestiones del libro (altamente recomendable) “Futbolistas de Izquierdas”, lleva defendiendo años algo que resumió bien en un par de tuits: “Los deportistas tienen derecho a hacer política, las aficiones, los clubes… Todos, de todos los colores y todas las ideologías. ¿Que os molesta cuando son contrarios a vuestra ideología? Pues claro. Pero se acabó la cantinela esa. Ya no cuela”. Un humilde servidor está plenamente de acuerdo. Se habla de política en los bares, en las familias, en los taxis, en la calle. ¿No puede hacerlo un deportista o un club deportivo? Gustará o no, como dice Peinado, pero no encuentro ninguna razón lógica para criticar o impedir que se haga. Quien lo hace conoce sus riesgos, que se lo digan a Gerard Piqué, pitado y criticado hasta la saciedad por, entre otras cosas, defender sus ideas independentistas.

Continuar leyendo


¿En qué consiste tu trabajo?

Durante los últimos meses, la pregunta que da título a este texto ha sido la tónica habitual entre mis círculos más cercanos.

En mi todavía corta carrera profesional he escrito sobre política municipal en Albacete, he cubierto festivales de música, narrado partidos de fútbol o dirigido un programa en una radio comunitaria. He sido el responsable web de un periódico, me especialicé en información internacional y países del sur y volví a ejercer de redactor todoterreno en Local en un periódico que también cerró. Volé a Costa Rica donde cubrí, desde allí, el 15-M, información internacional y sucesos. Puse en marcha un proyecto digital de información internacional mientras a la vez dinamizaba una radio comunitaria e impartía talleres de formación. Aparte he participado en varios informes sobre la situación del Periodismo y finalmente he escrito casi 3 años sobre política y movimientos sociales en un periódico digital.

Pues bien, salvo mis breves funciones en el departamento de comunicación de FiSahara y Festiclown, todo lo anterior nada tiene que ver con mi trabajo actual. Antes era fácil de explicar que eras periodista, sobre lo que escribías y dónde. Pero las funciones internas de prensa en un partido político son menos conocidas. Creo que es un pensamiento compartido por todas las compañeras, como bien reflejó Laura Casielles hace un tiempo en su espléndido blog. Ella desgranó a la perfección en esa entrada no sólo las labores principales de una responsable de prensa sino también las sentimentales. Por ello recomiendo leerlo.

Continuar leyendo


Canciones para las personas refugiadas

El 20 de Junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado. Estos días, los hay de todo tipo, sirven en buena medida para refrescar la memoria sobre diferentes asuntos. En el caso que nos ocupa conviene recordar la vergonzosa política del Gobierno español y la Unión Europa para solucionar una crisis humanitaria que si nada lo remedia va camino de ser crónica. Las vergüenzas del ser humano al descubierto, la insolidaridad y la incompetencia se han visibilizado con más fuerza que nunca durante los últimos tiempos. Mientras algunos se llenan la boca con buenas intenciones otros sufren y mueren cada día. Valgan estas canciones, ya que hoy 21 de Junio es el Día Mundial de la Música, para honrar la memoria de todas las personas refugiadas que sólo sueñan con vivir en paz.

Continuar leyendo


Canciones del rock estatal para el 1 de Mayo

Más allá de La Internacional, canción de la clase obrera o trabajadora por excelencia, un buen puñado de artistas han abordado esta situación a lo largo de la historia. Dentro de los listados habituales cuando se aproxima el 1 de Mayo, Día de las personas trabajadoras (ojo, no Día del Trabajo), se suelen citar algunas como: Working Class Hero (John Lennon), Factory (Bruce Springsteen) o Working Man Blues (Bob Dylan) entre otras. Salvo excepciones, como comprobaréis en la siguiente lista, el rock o punk hecho en el Estado español se invisibiliza en estas recopilaciones. Las personas que hemos crecido con estas bandas sabemos de la extensa temática social que contienen letras de grupos que pocas veces han salido en los telediarios. Valga esta lista como recopilatorio de algunas canciones que han tratado la temática y que encajarían, o no, en un playlist para un día como hoy. Y si alguien quiere aportar más, bienvenidas son.

Continuar leyendo


Un niño saharaui en el Bernabeu (la historia)

Hay una cita de Jorge Valdano que dice que el fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes. La frase para un saharaui se hace más potente aún. Cualquiera que haya tenido algo de relación con la causa del pueblo saharaui o haya visitado los campamentos de refugiados en Tinduf (Argelia), sabrá de lo que le hablo. Podéis haceros una pequeña idea en este reportaje publicado originalmente por la Revista Líbero (publicación recomendable al cien por cien,por cierto). El asunto es que la gran mayoría de niños (y no tan niños, pero no es el caso que nos ocupa) saharauis sienten pasión por el fútbol. Más por el español, claro. Millones de niños en todo el mundo la tienen. Pero el bloqueo político de un conflicto, el saharaui, que se alarga 40 años, ha permitido que podamos comprobar esa pasión futbolística de primera mano.

Continuar leyendo